El 4 de abril de 2000, hace 25 años, Mirko Saric, un talentoso mediocampista con un gran potencial en el fútbol argentino, se quitó la vida. Su trágica historia conmocionó al mundo del fútbol, que en ese entonces no contaba con un enfoque psicológico integrado en su estructura. La presión sobre los jóvenes talentos deportivos y su capacidad para lidiar con ella se volvieron temas de debate.
Saric, un jugador elogiado por su elegancia y habilidades en el campo, fue recordado por su excompañero como un joven con un futuro prometedor. Sin embargo, a pesar del apoyo de su familia y del club, Saric no pudo superar sus problemas personales, lo que lo llevó a tomar la trágica decisión.
Su corta carrera en San Lorenzo estuvo marcada por momentos de brillantez, especialmente en 1999, antes de sufrir una lesión que afectó su rendimiento y su proyección europea. La noticia de su fallecimiento impactó a colegas, periodistas y aficionados, quienes lamentaron la pérdida de un talento en ascenso.
En un contexto donde la salud mental de los deportistas no era prioridad, la historia de Mirko Saric puso de manifiesto la importancia de abordar las problemáticas emocionales en el ámbito deportivo. Su legado sirve como recordatorio de la fragilidad humana y la necesidad de brindar apoyo integral a los jóvenes atletas.
Para aquellos que atraviesan situaciones de crisis, en Argentina existe el Centro de Asistencia al Suicida de Buenos Aires, disponible las 24 horas del día a través del número gratuito 135 o al (011) 5275-1135. Además, el Centro de Atención al Familiar del Suicida (CAFS) ofrece apoyo a familiares y allegados, con contacto al (011) 4758-2554.