El Panteón, un templo romano histórico que en su momento fue elegido como lugar de sepultura de los monarcas italianos, se plantea como el sitio adecuado para darle descanso final al príncipe Humberto II y su esposa María José. Esta decisión, respaldada por la primera ministra italiana, busca poner fin a casi 80 años de exilio para la familia real italiana.

Si se aprueba, los restos de Humberto II y María José se sumarían a los de otros monarcas italianos en el Panteón, como Víctor Manuel II y Humberto I. A pesar de su breve reinado de 35 días, Humberto II tuvo un papel significativo en la historia de Italia, especialmente durante el periodo de transición hacia la República tras la abdicación de su padre en 1946.

La abolición de la monarquía italiana en 1946 marcó el fin del reinado de la Casa de Saboya, que había gobernado desde la unificación del país en el siglo XIX. El exilio de la familia Saboya dejó una marca profunda en la historia italiana, pero el príncipe Emanuele Filiberto ha buscado la reconciliación histórica y el reconocimiento del legado de su familia.

El retorno de los restos de Humberto II y María José ha recibido apoyo tanto político como religioso en Italia. Aunque el Panteón requiere la autorización del Ministerio de Cultura para este tipo de decisiones, figuras como Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, respaldan la iniciativa.

Para Filiberto, este gesto de reconciliación representa el cierre de un capítulo importante en la historia italiana, simbolizando la unión entre la República y la monarquía. A pesar de su linaje real, Emanuele Filiberto ha trazado su propio camino en la política y la cultura italiana, buscando siempre destacar en diferentes ámbitos como el entretenimiento y la política.